Las ventanas gimen por el viento, que azota las hierbas del solar frente a la ventana del salón. Las nubes, grises, cubren el cielo amenazando lluvia pero no terminándose a cumplir. Las voces de los pocos que pasan por la calle se cuelan en la estancia, amortiguadas, como lejanas. Los vecinos no hacen ruido, siendo el sonido más nítido que llega a mis oídos el que produce el teclado del portátil al escribir estas palabras. Paro un momento...
Tranquilidad, solo tranquilidad.
9 de febrero de 2016
Tranquilidad, solo tranquilidad.
9 de febrero de 2016
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