El cielo está nublado, acaban de caer cuatro gotas y huele a tierra húmeda, aun así el calor no ha disminuido, sino que se ha vuelto más molesto, pegajoso y asfixiante. Cruzas la calle y miras hacia arriba como si esperases que el sol se apiadase de ti. Unas mujeres hablan en un portal y una exclama ¡qué bochorno! Asientes y sigues caminando... sin saber adónde refugiarte.
7 de septiembre de 2014
7 de septiembre de 2014
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