En principio si varias partes se reúnen con la intención de llegar a un acuerdo es bueno, sin embargo si aquello que se acuerda no solo afecta a las partes implicadas (pongamos que instituciones y empresas), sino también al resto (o sea, a las personas de a pie) nos encontramos con la situación de que unos pocos están decidiendo por muchos y eso es éticamente reprobable.
La cuestión es que ese es el pan nuestro de cada día, los Gobiernos se reúnen con otros Gobiernos y empresas para firmar, en secreto o casi, tratados, pactos o cómo quieran llamarlo, sin informar previamente a los ciudadanos a pesar de que serán estos últimos los que sufrirán (“se beneficiarán” afirmarán las partes) las consecuencias de los mismos. La única solución a tales prácticas es más democracia y transparencia, y para conseguirlas me temo que no tenemos otra que salir a la calle y plantarnos.
17 de marzo de 2014
La cuestión es que ese es el pan nuestro de cada día, los Gobiernos se reúnen con otros Gobiernos y empresas para firmar, en secreto o casi, tratados, pactos o cómo quieran llamarlo, sin informar previamente a los ciudadanos a pesar de que serán estos últimos los que sufrirán (“se beneficiarán” afirmarán las partes) las consecuencias de los mismos. La única solución a tales prácticas es más democracia y transparencia, y para conseguirlas me temo que no tenemos otra que salir a la calle y plantarnos.
17 de marzo de 2014
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