El neoliberal, cuando ya no quedaba árbol que talar ni animal al que matar ni agua por contaminar, yacía sobre su colchón de billetes, hambriento, sediento y solo. Cogió un billete con manos temblorosos, escrutó todos sus detalles y se lo llevó a la boca. Lo masticó muy lentamente.
-Pues tampoco está tan mal -dijo tras tragárselo con trabajo.
11 de enero de 2019
-Pues tampoco está tan mal -dijo tras tragárselo con trabajo.
11 de enero de 2019
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