domingo, 9 de agosto de 2020

¿Heredarán la Tierra?

Hay reflexiones que le vienen a uno a la cabeza de cuando en cuando, que no resultan obsesivas pero sí insistentes, quizá porque alguna de ellas son trascendentales en la vida de una persona: como el hecho de nacer.

Nacer, ser creados, no es una decisión que podamos tomar por nosotros mismos, es algo que, mayoritariamente, nuestros progenitores han deseado y buscado en muchos casos con ahínco y paciencia, pero lo que no tengo muy claro es si al hacerlo pensaron en el mundo en el que iba a vivir su descendencia. Sí, ya estamos en ese futuro soñado de cachivaches de todo tipo, pero también en un planeta mucho más deteriorado que hace tan solo veinte o treinta años, donde las desigualdades no parecen disminuir sino, al contrario, aumentan; donde los recursos naturales se están agotando cada vez más rápido por un sistema cuyo objetivo es crecer y crecer de manera infinita, y consumir cada vez más para lograrlo. Un mundo en el que se extinguen especies cada día y desaparecen bosques cada semana, donde los hielos perpetuos se descongelan y los océanos están repletos de plástico, un mundo donde mueren cientos de miles de personas por respirar aire contaminado, una sociedad que vive cada días más vigilada y controlada, y donde unas pocas y enormes corporaciones tienen cada vez un mayor control sobre la política...

Vivimos en un mundo lleno de luces, pero cada vez más oscuro, un mundo que, parece, somos incapaces de arreglar: ¿de verdad vamos a ceder la gran responsabilidad de arreglar las cosas a nuestros hijos si nosotros somos incapaces de ello?, ¿de verdad se merecen heredar una Tierra moribunda y una sociedad injusta y egoísta?

16 de septiembre de 2016

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