Por alguna extraña (o no) razón a veces los temas se atascan y no quieren salir por más que los fuerces, por más que tengas la certeza de que sí, de que tenías un tema sobre el que escribir.
Por ejemplo, ahora estoy leyendo una antología con los cuentos de Mario Benedetti y algunos de ellos están haciendo mucha mella en mí. Son historias de exiliados, de represión, de amargura, y también relatos románticos, fantasiosos e irónicos. En más de uno me ha sorprendido el hecho de que se me haya saltado un puñado de lágrimas, o incluso me haya dejado cierto mal cuerpo.
Por desgracia son historias que, a día de hoy, siguen ocurriendo, todavía existen represaliados (en países supuestamente democráticos como España, de hecho, los hay), todavía se tortura, y aún hay demasiados exiliados. También es cierto que otros relatos, por suerte, continúan pasando: solidaridad, amor, compañerismo... Por suerte somos tantos y el mundo es tan grande, que nunca dejarán de existir las buenas historias.
8 de agosto de 2014
Por ejemplo, ahora estoy leyendo una antología con los cuentos de Mario Benedetti y algunos de ellos están haciendo mucha mella en mí. Son historias de exiliados, de represión, de amargura, y también relatos románticos, fantasiosos e irónicos. En más de uno me ha sorprendido el hecho de que se me haya saltado un puñado de lágrimas, o incluso me haya dejado cierto mal cuerpo.
Por desgracia son historias que, a día de hoy, siguen ocurriendo, todavía existen represaliados (en países supuestamente democráticos como España, de hecho, los hay), todavía se tortura, y aún hay demasiados exiliados. También es cierto que otros relatos, por suerte, continúan pasando: solidaridad, amor, compañerismo... Por suerte somos tantos y el mundo es tan grande, que nunca dejarán de existir las buenas historias.
8 de agosto de 2014
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