Hasta cierto punto, no estoy en contra de los escraches. Que, en momentos puntuales, un grupo de personas, de manera pacífica y sin insultar, protesten frente a la residencia de un político no tiene por qué ser algo negativo. Eso sí, si dichas protestas se alargan, día tras día, durante semanas e incluso van más allá y pasan a las amenazas y se desplazan al lugar vacacional del político de turno (sea cual sea su partido), ya no estaremos hablando de una protesta sino de acoso.
El acoso ya no me parece bien, y más cuando termina atentando no solo contra la persona pública, sino a sus familiares (menores incluidos).
17 de agosto de 2020
El acoso ya no me parece bien, y más cuando termina atentando no solo contra la persona pública, sino a sus familiares (menores incluidos).
17 de agosto de 2020
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