Que un ya candidato a la Casa Blanca, y actual presidente de EE.UU., asegure que no aceptará una derrota, que no reconocerá, si se da el caso, la victoria del rival político (Joe Biden), es cuanto menos preocupante. Que no deje de sembrar dudas acerca del voto por correo, afirmando que es "fraudulento", tampoco ayuda. Pero ojalá los estadounidense acudan en masa a las elecciones de noviembre, y que los demócratas ganen por una amplia mayoría, ojalá no tenga otro remedio el pirómano fascista de Trump de reconocer su derrota o hacer el ridículo (cosa que ya está acostumbrado hacer, por algo ha trabajado tanto en la televisión).
28 de agosto de 2020
28 de agosto de 2020
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