miércoles, 18 de agosto de 2021

La forma de la voz

Ayer vi A Silent Voice y, además de gustarme mucho, me hizo recordar experiencias propias...

Siempre solía sentarme junto a un compañero y amigo en un pupitre en particular, pero estaba viviendo un mal momento y, un día, después de una charla que debió inquietarme (o rememorar el asunto que me traía de cabeza) pero para nada enfadarme, decidí ponerme más atrás (que era, por otra parte, donde yo prefería estar) en la siguiente clase. La cuestión es que el compañero, al parecer, creyó que me había enfadado con él y no hice nada para hacerle ver que no era así. Al día siguiente creo que también me senté atrás y, en efecto, tampoco dije que todo había sido un malentendido. Y por culpa de dicha tontería se estropeó una bonita amistad, y eso que poco después una compañera me preguntó, delante de él, si estaba enfadado y respondí que no, pero a mi manera.

Ha sido la manera más tonta en la que he perdido buenos amigos y el film de Naoko Yamada hizo que aflorara en mi memoria.

Lo siento, viejo amigo, solo estaba pasando un mal momento, tú no hiciste nada malo, y yo no supe comunicarme.

19 de marzo de 2018

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