viernes, 21 de junio de 2024

Que muera la impunidad

El otro día murió Billy el niño a causa del coronavirus.

No me refiero al mítico pistolero del salvaje Oeste, sino al condecorado torturador franquista José Antonio González Pacheco que, desgraciadamente, ha tenido la suerte de morir antes de ser juzgado por sus crímenes.

Es una pena y una vergüenza que en un país supuestamente democrático como el nuestro, individuos como él hayan vivido tranquilamente y disfrutado de estupendas pensiones mientras que sus víctimas no han visto ni el más mínimo apoyo y esfuerzo de las instituciones para llevar a sus torturadores a los tribunales, escudándose en una Ley de Amnistía injusta. Supongo que queda el consuelo que en estos últimos años se le ha dado una mayor cobertura mediática y, por tanto, el martirizador y asesino haya sido sacado un poco de la tranquilidad de su ocaso.

9 de mayo de 2020

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