Sangre nueva ha entrado al Congreso, y eso ha escocido a algunos, que se fijan más en las rastas de los nuevos parlamentarios que en el detalle de que Pedro Gómez de la Serna, que ha cobrado comisiones no muy legales, esté todavía en el hemiciclo. Supongo que será cuestión de prioridades.
15 de enero de 2015
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