Hace algo más de un siglo comenzaron a tejerse hilos que permitían comunicarse con personas a kilómetros de distancia. Fue un invento mágico que consiguió conectar al mundo como nunca se había conseguido. Pasó el tiempo y se inventó la telefonía móvil, aparatosa e ineficiente al principio fue ganando terreno a medida que la tecnología de miniaturización avanzaba y las redes inalámbricas se extendían; algo que no era preciso en un inicio se convirtió en imprescindible para comunicarnos en el día a día. Y siguió progresando con la conectividad a Internet, ahí el móvil se transformó en una herramienta para comunicarse más allá de las llamadas y los SMS, para ser testigo de lo que ocurre en la calle en directo, para hervir las redes sociales, para unir y, a la vez, para aislar (solo hay que observar cualquier grupo de personas reunidas).
29 de agosto de 2014
29 de agosto de 2014
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