Ayer que echaba de menos que me sugirieran un tema sobre el que escribir y va y hoy lo solicito y me dicen algo como el verano.
El verano. Así, como sin querer, hemos superado la mitad de agosto, o sea, que al estío le quedan poco más de cuatro días. El verano, una estación de vacaciones cuasi interminables, de descubrimientos, de aburrimiento, de despertares y de siestas, el tiempo ideal para fabricar amores imposibles, para labrar y lubricar amistades, el momento para aprender a nadar o a montar en bici; la época donde los cuerpos se transforman, se tornean y se cuecen; periodo de paso, de transición. El verano, esa jodida fase que precede a la caída de las hojas.
19 de agosto de 2014
El verano. Así, como sin querer, hemos superado la mitad de agosto, o sea, que al estío le quedan poco más de cuatro días. El verano, una estación de vacaciones cuasi interminables, de descubrimientos, de aburrimiento, de despertares y de siestas, el tiempo ideal para fabricar amores imposibles, para labrar y lubricar amistades, el momento para aprender a nadar o a montar en bici; la época donde los cuerpos se transforman, se tornean y se cuecen; periodo de paso, de transición. El verano, esa jodida fase que precede a la caída de las hojas.
19 de agosto de 2014
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