Ayer me decidí a donar sangre por primera vez después de dudar en más de una ocasión. La cosa fue bien hasta que dejó de hacerlo. Empecé a sentirme mal a los pocos minutos, con mareos y nauseas, así que no tuvieron otra que levantarme bien las piernas. Debí de ponerme blanco.
Esperemos que a la próxima vaya mejor, y que la cantidad de sangre que donara (ni se me ocurrió comprobar cómo estaba la bolsa de llena), por poca que fuera, sirva para alguien.
13 de junio de 2014
13 de junio de 2014
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