domingo, 30 de julio de 2023

Fluya mi perplejidad, dijo el que atendía

Una persona, solo una persona, puede chafarte buena parte del día.

Como aquel, que incluso se presenta como miembro de un cuerpo de seguridad del Estado, con una autorización para recoger un paquete. Pero la firma no se parece en nada a la del supuesto autorizante, reconociendo ipso facto el supuesto autorizado que la ha hecho él (o sea, que la ha falsificado). Por lo que, obviamente, le informo que no puedo dárselo, a lo que responde, con visible cara de contrariedad y cabreo pero voz contenida, que vale, que lo entiende, que es una jodienda para él, pero que si no puedo ser flexible él también será estricto cuando llegue el día. A lo que le digo, sin hacer mucho caso a su velada amenaza, que le pueden mandar una autorización por el WhatsApp, al correo o donde sea, pero pone más excusas de que es imposible y tal y pascual, terminando repitiendo la amenaza.

Qué gran imagen transmiten ciertos individuos de los cuerpos de seguridad que, supuestamente, están para proteger al ciudadano.

5 de septiembre de 2019

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