lunes, 4 de abril de 2022

Sánchez de Arabia

Tras el amago de no vender un lote de bombas a Arabia Saudí, el Gobierno reculó ante la inminentes protestas en los astilleros de la Bahía de Cádiz (que tiene unos contratos muy jugosos con el régimen saudí) y ahora, ante la decisión alemana de dejar de vender armas al país hasta que no se "aclare" el asesinato del periodista Khashoggi, Sánchez y su equipo están en una situación más complicada, pero insisten en seguir manteniendo los contratos.

Y es que están en juego no solo los contratos militares, sino otros multimillonarios proyectos civiles, que suponen muchos puestos de trabajo y, desde luego, pingües beneficios. ¿Se debería primar la ganancia pecuniaria a los Derechos Humanos? Está claro que no, así que lo que prima es que, por lo menos, se vaya trazando un plan para que los astilleros no dependan tanto de un país que no respeta los DD.HH. y, en general, si no cortar radicalmente las relaciones comerciales (armamentísticas), al menos dejar de firmar nuevos contratos. Como mínimo.

24 de octubre de 2018

No hay comentarios: