Los extremos que se tocan

En un momento en el que están aflorando muchos casos de abusos sexuales en Hollywood, un grupo de intelectuales francesas han firmado un manifiesta criticando que, a partir del escándalo Weinstein, no dejen de aparecer casos.

Y lo hacen afirmando que esta ola de denuncias, motivadas por una toma de "conciencia legítima de la violencia contra las mujeres", se está aprovechando por ciertos sectores para imponer unas ideas puritanas, reaccionarias, y llamar acoso a aquello que puede no serlo, además de aprovechar esto para vincular a las mujeres a "un estado de víctimas eternas".

Sea acertado por completo o no este manifiesto, creo que debería servir al menos para una reflexión, porque, en este época donde todo corre como la pólvora a través de las redes sociales, y donde los odios y las pasiones rápidamente bullen en los foros, es necesario reflexionar hasta qué punto queremos llegar, porque el hecho no ya solo de actuar, sino el de expresar una opinión, a veces termina por marcar a una persona como "machista", "feminazi" o cualquier otro calificativo inventado o no, por varios años.

13 de enero de 2018