Sus ojos brillantes, perfectamente enfocados, su frente con arrugas suavizadas (o eliminadas), sus patas de gallo inexistentes, sus dientes blanqueados con el pincel, su piel libre de inmperfecciones pero con texturas... Lástima que el Photoshop todavía no tenga una herramienta para eliminar la sonrisa falsa de un político en su cartel electoral.
13 de marzo de 2015
13 de marzo de 2015
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