La capacidad humana de inventiva es enorme. Desde tiempos remotos, cuando se contaban historias junto a la lumbre, nunca hemos dejado de crear y narrar historias del día a día, del pasado, de mundos imaginarios y de futuros posibles; imaginando mecanismos y máquinas antes de que existieran. Pero, ¿hasta qué punto la ficción puede influir en la realidad? Si ningún escritor hubiera imaginado tal o cual aparato, ¿éste habría sido inventado igualmente? ¿Acaso la literatura, la ciencia ficción, más que imaginar o prever un futuro posible lo genera? Quizá sería acertado crear una gran gran corriente positivista en la literatura prospectiva, quizá así lográramos un futuro mejor.
8 de abril de 2014
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