Los mercados son como un bebé o un niño malcriado, siempre piden más, y si mamá Estado lo da, exigen aún más.
El Estado, como buena madre, debe enseñar a su bebé que no se puede tener todo y dar nada a cambio.
Políticos nuestros, dejad de consentir al niño, dejad de mimarlo. Gobernad para el pueblo, con el pueblo.
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