La Comisión Europea ha aprobado (de la forma más democrática que conocen: unilateralmente) cinco cultivos más de transgénicos. Muchos dicen que son seguros, de hecho afirman que incluso son más seguros que los de toda la vida, puesto que pasan más controles, afirman, pero siempre se olvidan de los estudios que ponen en duda dicha seguridad. Pero la gran verdad, aparte de la incierta seguridad sanitaria y medioambiental de los OMG (Organismos Modificados Genéticamente), es que estos cultivos son un mero negocio para las multinacionales, que son "productos patentados", que con ellos lo único que pretenden estas compañías es controlar la alimentación, tener la exclusividad de las semillas (puesto que o son estériles o les prohíben a los agricultores guardar una parte para sembrar al siguiente año). Ya son muchos los agricultores (sobre todo en países subdesarrollados o en vías de desarrollo) que están ahogados por las deudas que les produce no poder comprar otras semillas (pues en muchos casos están obligados por contrato), mientras que las arcas de la industria química y farmacéutica no dejan de crecer. España es uno de los países con mayor producción de éstos cultivos.
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