Seguro que habéis visto la magnífica película de 1986 dirigida por Jean-Jacques Annaud y protagonizada por un magistral Sean Connery y el que era una joven promesa Christian Slater. En ella, como en el libro, se narran las peripecias de fray Guillermo de Baskerville y su alumno Adso de Melk, y las misteriosas muertes que se producen en una apartada abadía de algún lugar de Italia. Una vez leído el libro me doy cuenta que el film es una magnífica adaptación, pero que, obviamente, se deja muchas cosas en el tintero. Lo que sí logran transmitir ambas obras es el amor hacia los libros, hacia que el saber esté al alcance de todo aquel que quiera saber; aunque, si cabe, la novela ha conseguido que bulla mi interior una avidez de lectura inusitada.
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