Ayer ocurrió en el Congreso algo inaudito en los últimos tiempos: la gran mayoría parlamentaria votó a favor de una ley. Es más, no hubo ni un voto en contra, incluso la ultraderecha se abstuvo.
Esa ley es la del Ingreso Mínimo Vital, que a pesar de haber sido muy criticada por la derecha y, especialmente, los ultras, habrán estimado que muchos de sus electores no entenderían que hubieran estado en contra de una ayuda destinada a las personas y familias en peor situación.
Pero, obviamente, este gran apoyo no significa que se hayan terminado los malos rollos, solo fue un espejismo entre las tormentosas dunas móviles de la política. Ahí está Casado, echando la culpa de la crispación al Gobierno, ya que ellos, dice, son gente de discurso moderado... y se lo creerá.
11 de junio de 2020
Esa ley es la del Ingreso Mínimo Vital, que a pesar de haber sido muy criticada por la derecha y, especialmente, los ultras, habrán estimado que muchos de sus electores no entenderían que hubieran estado en contra de una ayuda destinada a las personas y familias en peor situación.
Pero, obviamente, este gran apoyo no significa que se hayan terminado los malos rollos, solo fue un espejismo entre las tormentosas dunas móviles de la política. Ahí está Casado, echando la culpa de la crispación al Gobierno, ya que ellos, dice, son gente de discurso moderado... y se lo creerá.
11 de junio de 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario