jueves, 10 de noviembre de 2022

Y pasaron de las palabras...

Las palabras son peligrosas, porque uno puede decir una tontería, tontería que puede producir risa o indignación, pero si lo dice alguien que tiene poder y, finalmente, se torna realidad, pasa de la tontería a la preocupación. Preocupación real.

Y es que en Europa se lleva mucho tiempo hablando de inmigración y de refugiados, de formas muy diferentes, aunque las voces más duras siempre se han escuchado más. Esas voces para los que los inmigrantes son una gran problemática, para los que acoger a unos miles de refugiados consideran que creará un peligroso efecto llamada, que no tenemos capacidad en una Europa de 500 millones de habitantes...

Y quizá por ello están poniendo las cosas muy difíciles a barcos, como el Open Arms, para que realicen su increíble labor solidaria. No ya solo por navegar el Mediterráneo en busca de lanchas y barcos atestados de inmigrantes, de personas a la deriva, sino que el mero hecho de llevar materiales (desde alimentos no perecederos a productos de higiene y ropa) a campos de refugiados griegos (además, superada su capacidad por mucho), les prohíben desembarcar las mercancías o, incluso, amarrar en el puerto. Y nadie les dice por qué.

El discurso anti-inmigración más duro parece estar ganando la partida en Europa, un discurso que se olvida de los Derechos Humanos, un discurso que nos quiere quitar derechos. A todos.

8 de mayo de 2019

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