Es incomprensible la celeridad con la que actua la UE cuando un país sobrepasa el déficit, y la parsimonia con la que reacciona cuando se trata de no cumplir con los derechos humanos o, incluso, cuando directamente toman medidas xenófobas y fascistas, ya sea contra inmigrantes irregulares que están a la deriva en mitad del Mediterráneo, o contra grupos étnicos. Hay que reorganizar las prioridades
24 de junio de 2018
24 de junio de 2018
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