Cuando pienso sobre el pasar de los años, me pongo triste.
No sé por qué será, no lo entiendo. Quizá me arrepienta de mis actos o de mis decisiones, de las cosas no dichas, de los sentimientos no expresados, de elecciones erradas o de personas olvidadas.
No lo sé, o tal vez sí lo sepa pero no lo quiera reconocer. En todo caso, sumar nunca debería restar, sumar es experiencia, es cometer errores, es aprender. ¿Seré lo suficientemente listo para no volver a equivocarme?
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