Miles de coches esperan, interminables colas de vehículos con los motores quemando dinosaurios, avanzando apenas unos metros cada pocos minutos. Los conductores, sus únicos ocupantes, gritan, se quejan, tocan el claxon y sueltan exabruptos, miles de voces lanzadas al aire junto con el sonido y el humo de los tubos de escape. Poco a poco, los insultos, el ruido y el humo se condensan en una nube negra, una nube en forma de boina que corona el cielo de seis millones de habitantes.
27 de septiembre de 2014
27 de septiembre de 2014
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