Al final no fui a la cita (médica), me adelanté y me pasé por urgencias. Mi garganta estaba realmente fatal. En esta ocasión el médico de guardia era un tipo agradable que hablaba e informaba, y que escrutó mi garganta hasta ver una pequeña placa (pues menos mal que era chica, llega a ser grande y me muero); me mandó amoxicilina y, aunque durante todo el día me encontré realmente mal (qué trabajo me costó merendar y cenar), esta mañana al levantarme me sentía notablemente mejor, tragaba sin muchas dificultades y molestaba menos en general. Eso sí, en estos momentos tengo una voz de pito francamente horrible. Espero que se me quite.
9 de mayo de 2014
9 de mayo de 2014
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