Son muchos los días en los que uno puede levantarse triste y melancólico. Días en los que nada apetece salvo compadecerse de uno mismo, mirar el cielo nuboso y observar cómo el viento arranca las hojas de los árboles. Pero la tristeza y la melancolía se pueden usar creativamente y convertirlas, quizá, en algo positivo. Solo hay que ponerse frente al ordenador y escribir lo que se nos ocurra, lo que sintamos, derramar esas sensaciones que nos atenazan. No tiene por que salir una gran historia, de hecho puede que salga un texto inconexo y sin sentido, pero, si una vez acabado, nos sentimos mejor, habremos conseguido algo.
6 de febrero de 2014
6 de febrero de 2014
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