La página en blanco no supone ningún dilema. Es el terror.
Desvirgar la blancura con palabras vanas o garabatos sin sentido, relatar una fantasía homérica o una realidad bukowskiana, dibujar unos palotes o una bucólica estampa... Traspasar la realidad, quedarse en la superficie verde de un estanque o sumergirse hasta el fondo de su podredumbre.
Una maldición. Eso es la página en blanco.
Desvirgar la blancura con palabras vanas o garabatos sin sentido, relatar una fantasía homérica o una realidad bukowskiana, dibujar unos palotes o una bucólica estampa... Traspasar la realidad, quedarse en la superficie verde de un estanque o sumergirse hasta el fondo de su podredumbre.
Una maldición. Eso es la página en blanco.
3 de enero de 2014
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