Al leer que una mujer ha legado tres millones de euros para (intentar) salvar el lince, otros tantos para la Asociación para la Defensa del Borrico de Rute y otros tres para la Asociación Nacional Amigos de los Animales, no he podido evitar acordarme del empresario que dejó al príncipe Felipe treinta millones de euros... y comparar su solidaridad...
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