Cuando te atrapa, no quiere soltarte. Se mete en las
tripas, te las estruja y retuerce, te agarra por el cuello e intenta
asfixiarte. Es una lucha desigual, es una pelea contra ti mismo en la
que, paradójicamente, puedes perder.
15 de noviembre de 2018
15 de noviembre de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario