Es habitual eso de quedarse con los ojos mirando a la nada, buscando en la memoria o en cualquier otra parte del cerebro. En la mayoría de las ocasiones no encuentras nada y te preguntas dónde ha ido a parar toda aquella ebullición creativa, las ideas grandilocuentes y las fantasías desbordadas, por dónde se ha escapado tanta energía. Quizá es que, simplemente, el cerebro se ha alisado o nunca hubo nada.
19 de abril de 2015
19 de abril de 2015
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