La campaña electoral ya está iniciada, los candidatos tienen las recámaras repletas de promesas y los electores no sé si muchas ilusiones.
Yo sólo tengo clara una cosa: a quién no voy a votar. A esos dos partidos que se van turnando de cuando en cuando, y que han demostrado en diferentes ocasiones que su talante democrático es más bien escaso. Me encantaría ver que ambas corporaciones políticas descendieran en número de votos y que formaciones pequeñas (no nacionalistas) obtuvieran algún escaño, que hubiera una mayor diversidad de colores en el congreso y el senado, nuevas ideas y nueva sangre, cosa que tanto el PSOE como PP no desean como se ha visto con la última reforma electoral (la que obligaba a conseguir avales a aquellos partidos que no consiguieron representación en las últimas elecciones generales).
La batalla por captar votos ha comenzado. Depende de nosotros que no ganen por goleada los mismos de siempre.
Yo sólo tengo clara una cosa: a quién no voy a votar. A esos dos partidos que se van turnando de cuando en cuando, y que han demostrado en diferentes ocasiones que su talante democrático es más bien escaso. Me encantaría ver que ambas corporaciones políticas descendieran en número de votos y que formaciones pequeñas (no nacionalistas) obtuvieran algún escaño, que hubiera una mayor diversidad de colores en el congreso y el senado, nuevas ideas y nueva sangre, cosa que tanto el PSOE como PP no desean como se ha visto con la última reforma electoral (la que obligaba a conseguir avales a aquellos partidos que no consiguieron representación en las últimas elecciones generales).
La batalla por captar votos ha comenzado. Depende de nosotros que no ganen por goleada los mismos de siempre.
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