Han matado a Bin Laden y yo sigo igual, ni me siento más seguro, ni pienso que en el mundo haya menos maldad. ¿Alguien piensa de verdad que con la muerte de ese hombre algo cambiará? Yo no lo creo, y más con operaciones como ésta, cuya opacidad es tal que uno no sabe si creérsela realmente. La transparencia debería ser la esencia de la democracia, pero eso lo olvidaron nuestros políticos hace ya mucho tiempo.
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