Hay días en los que entran ganas de tirar todo por la ventana. Hay días en los que unas tenazas te aprietan la boca del estómago y te oprimen los pulmones impidiéndote respirar. Hay días que duran semanas, y semanas que duran segundos. Hay días en que los sentimientos están a flor de piel, donde los recelos afloran al exterior, donde la rabia contenida explota sin remisión. Hay días donde no pueden salir más cosas mal...
Sin embargo, hay días donde el tiempo se para un instante, donde se te olvida respirar, donde el corazón palpita de tal forma que resuena en los oídos. Son esos días los que hay que recordar, y por los que merece la pena vivir.
Sin embargo, hay días donde el tiempo se para un instante, donde se te olvida respirar, donde el corazón palpita de tal forma que resuena en los oídos. Son esos días los que hay que recordar, y por los que merece la pena vivir.
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