Una vez vivió alguien
que creía en la Vida,
en la Tierra y el Mar
ese alguien ya murió
y Gea derramó lágrimas que no llegaron a tocar el suelo
pues Sol las evaporó.
Dándose cuenta de lo que hizo
fue para consolarla,
pero al abrazarla la abrasó.
Desde entonces el Ser Humano quedó huerfano
y deambula por el mundo sin objetivo ni Dios.
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