domingo, 29 de agosto de 2010

Zapatos italianos, de Henning Mankell

Zapatos italianos es una novela donde el protagonista, un anciano de 66 años, vive aislado del mundo en una isla en la que ya vivían sus abuelos. Un día aparece en el mar congelado una anciana con un andador, resulta que dicha mujer fue una antigua novia, la cual ha venido para hacer que cumpla una promesa que le hizo 37 años atrás.

Nunca antes había leído un libro de Mankell, es más, jamás había leído a un autor nórdico a pesar de que están muy de moda. No sé cómo serán los demás, pero el texto de Mankell me atrapó sin remedio poco a poco, y eso que al principio era escéptico. Zapatos italianos es una novela cuyos personajes transmiten multitud de emociones, donde el paisaje habla muchas veces por ellos, una novela en la que somos testigos de cómo un hombre perdido vuelve a encontrar su camino. Y es un libro harto recomendable.

miércoles, 25 de agosto de 2010

lunes, 23 de agosto de 2010

Diálogo de besugos

-No tengo nada que decir.
-Entonces, ¿por qué dices que no tienes nada que decir?
-Buena pregunta...

viernes, 20 de agosto de 2010

miércoles, 18 de agosto de 2010

lunes, 16 de agosto de 2010

Homologación

José Blanco dice que hay que homologar nuestros impuestos con los del resto de Europa, ¡a ver cuando dice lo mismo de los sueldos!


P.D.: Y de paso que se homologue a sí mismo y deje de dar luz verde a construir auténticas monstruosidades insostenibles.

jueves, 12 de agosto de 2010

Recordando aquel proverbio...

Hay veces en los que uno no tiene nada que decir, así que se calla. No obstante hay gente que aun sin tener nada que contar no para de hablar, estropeando de ese modo el silencio.

martes, 10 de agosto de 2010

Ladrillo

Playas vírgenes, qué bien suena eso, ¿no? Pues dichas palabras cada vez suenan menos en España, al menos para nombrar a nuestras propias playas. Lo que se lleva en este país son las playas mancilladas, enladrilladas, ese es el modelo que están practicando nuestros políticos desde los tiempos de Franco, y es el que siguen empeñados en eternizar. El ladrillo, eso dicen que es el "progreso". Pues yo quiero dejar de progresar, quiero ir a una playa que al salir del agua en vez de ver columnas de hormigón lo que contemplen mis ojos sean pinos, arbustos, arena...



Una iniciativa para parar este desarrollo mal entendido (y salvar una playa): Salvar el Palmar.

viernes, 6 de agosto de 2010

Naturaleza humana

En la simpleza está la clave. Lástima que las personas tengamos la tendencia a complicarlo todo.