jueves, 27 de noviembre de 2008

La fábrica de sueños

En una sala de cine el mundo se difumina, incluso llega a desaparecer. Los problemas se esfuman y las emociones bullen; las lágrimas y las sonrisas se entremezclan, por momentos podemos ser héroes o villanos, ricos y pobres, mesías o diablos.

Es cine, es pura magia.

2 comentarios:

Osore dijo...

Como siempre, la pura verdad. Amamos el cine.

Que la Fuerza te acompañe.

Neovallense dijo...

Y es que no hay nada como una buena película en pantalla grande ^^

Saludos.