En una sala de cine el mundo se difumina, incluso llega a desaparecer. Los problemas se esfuman y las emociones bullen; las lágrimas y las sonrisas se entremezclan, por momentos podemos ser héroes o villanos, ricos y pobres, mesías o diablos.
Es cine, es pura magia.
Es cine, es pura magia.